lunes, 31 de octubre de 2011

Entrada 5 - Día 29

Treinta días antes del fin

El resto de la tarde estuve en casa. Mi madre estaba trabajando, así que no tuve que oír su voz de forma continuada diciéndome que tenía que hacer esto o lo otro.

Estaba tranquilo, jugando al Call of Duty y conectado al tuenti. Mis amigos estaban por allí, y hablaba consecutivamente con unos y con otros. Adela había puesto unas fotos de su noche de fiesta, según me dijo fue muy bestia. Adrián había puesto fotos de su coche y él, los dos juntitos, haciendo el tonto, ¡QUÉ PERSONAJE!  y así podría seguir durante todo el día contando. La verdad es que no solía cotillear las fotos de los demás, pero era entretenido, estaba aburrido y ese día necesitaba evadirme. Sentía aún aquella mirada, penetrante y oscura… tenía miedo, y yo nunca había tenido miedo de nada.


Mi madre llegó a las siete de la tarde, venía del supermercado y tuve que ayudarla a subir y colocar la compra. 

Ya por la noche, después de cenar, Adela me pegó un toque al tuenti, una ventanita parpadeante en la parte inferior izquierda de la pantalla me avisaba. Desplegué la conversación y lo que me contó me mantuvo inquieto el resto de la noche: “Me preguntaba si había visto las noticias de las 10”, habían ocurrido 5 incendios más y los servicios de emergencia estaban como locos.  Además 4 bomberos habían desaparecido, habían ido a sus casas después de apagar el incendio del hotel y sus casas habían salido ardiendo junto con ellos, el otro incendio había ocurrido en un edificio de oficinas al otro lado de la ciudad. En dos días ya eran 8 incendios que supiera. Los informativos contaban como incendios similares se estaban propagando por todas las ciudades españolas importantes.

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